Ahora es verano, las temperaturas en la mayoría del territorio mexicano son altas, llegando hasta los 45 grados en los clásicos sitios como Sonora, Sinaloa, Baja California. Aunque en el sur el clima ha sido algo más amable, lo reportado en salud ha sido un repunte de los casos de influenza H1N1 (por ejemplo, en Yucatán).
El último reporte de la Secretaría de Salud de nuestro país confirma hasta el 11 de Julio 12,645 casos de influenza en México. De estos han fallecido 124 personas.
Puede consultarse aquí: http://tinyurl.com/mscaxy
La mortalidad la mencionan como que se acumula en edades jóvenes; y es cierto, el 70% de los fallecidos se halla entre los 20 y los 54 años. Pero noto un error, al menos de comunicación. También la mayoría de los enfermos se ve en este grupo de edad (más de 4500 del total de 12,645); y es mejor ver los dos lados de la moneda.
La mortalidad se obtiene dividiendo el número de fallecidos por la influenza entre el número de personas que se han enfermado de la misma. Esto da 124 /12,645 = 0.98, es decir, casi el 1%. Pero al dividirlo y verlo por edades existen diferencias. Por ejemplo, en el grupo de edad de 0 a 9 años, han fallecido 19 de 3531 = 0.53% (1 muerte por cada 190 enfermos). Pero conforme nos acercamos a la edad adulta y adulta mayor, este porcentaje aumenta, desde 2.1% (2 muertes por cada 100 enfermos) en el grupo de edad de 30 a 39 años, hasta del 3.7% (casi 4 de cada 100) en edades mayores de 50 años. Es decir, el riesgo de fallecer es mayor conforme aumenta la edad; al menos con estos datos. Esta diferencia, haciendo un análisis estadístico, es significativa.
Con esto puede decirse que realmente el riesgo es mayor en los adultos mayores que en los niños o jóvenes. Claro, sería necesario ver el resto de los datos, para ajustar y confirmar estas conclusiones que demuestran asociación, mas no causalidad.
14 de julio de 2009
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